miércoles, 30 de abril de 2008

El pesimismo me puede


Por Víctor Alfonso Herrera Herrera

Volvió el tema de la reelección a la agenda pública, aunque en esta oportunidad hubo malas noticias para la mayoría de los colombianos que registran en las encuestas. La crisis de la para-política por fin parece afectar al presidente Uribe, eso sí, no es a su imagen ni a su quehacer, es sencillamente a los procedimientos legales que le permitirían mantenerse en el poder por cuatro años más –por lo pronto-. Bueno, eso dicen algunos analistas políticos tanto de izquierda como de derecha y medios de comunicación –de los pocos que sí hacen periodismo-, pero no se qué me embarga la razón y me llena de un pesimismo al momento de afirmar que no se trata de otra cosa más que de una piedrecilla en el zapato del gobierno, de esas que suele desaparecer cualquier ‘hecatombe’.

Empecemos por reconocer a grandes rasgos lo que muchos consideran un inconveniente para la reelección. Los últimos días sumaron siete congresistas más al escándalo de la para-política, entre ellos, el presidente de La U, Carlos García, la presidenta del Congreso, Nancy Patricia Gutiérrez y el primo de Uribe, Mario Uribe. En total son 68 congresistas involucrados, de ellos 31 detenidos y cinco condenados. Según análisis de la Revista Semana, así las cosas, la reforma para extender el periodo de gobierno de Uribe se le puede salir de las manos, siempre y cuando él quiera, claro está, ser reelecto; y no sólo por estrategias políticas, es decir, por aquello de que los uribistas desde la cárcel no pueden ejercer el rol de congresistas, sino por problemas de legitimidad; y bueno, siendo optimistas, un poco por la mala la imagen que pueda tener el ejecutivo ante la opinión pública.
Los dos caminos que parecen espinosos y truncados para dicha reforma son el referendo y por la vía del congreso, es decir, de igual forma a como se hizo cuatro años atrás. ¿Será que el 84% de popularidad no le servirá para obtener los 7.5 millones de votos requeridos para el referendo, más aun cuando por periodo presidencial viene aumentando de a un poco más de millón y medio de votos y en las últimas elecciones obtuvo casi 7.4 millones? Es cierto que ese 84% que miden las empresas encuestadoras no corresponde a la realidad, pero es tanta la influencia que ejerce, que termina por volverse realidad a la hora de las elecciones. Y siendo más pesimistas, ¿será que a la maquinaria legal e ilegal del gobierno le queda imposible manipular los votos como lo ha hecho en los dos últimos procesos electorales? Para completar, sus promotores han decidido que no recogerán 1.2 millones de firmas como ordena la norma para radicar el proyecto en el congreso, sino 5 millones.
En cuanto a lo de la legitimidad, habría que mirar primero de qué clase es, porque si es ante la opinión y ante los colombianos, eso es ‘pan comido’. Como todos lo hemos constatado, los escándalos, incluyendo el de la para-política, surten un efecto contrario en la popularidad del presidente Uribe, entre más denuncias haya, los colombianos más lo apoyan, pues es como si se les ofendiera al salvador. Quizás algo de inconvenientes traiga en la legitimidad al interior de las instituciones del Estado, y para ello ya están tratando de limpiarle la honra –si es que alguna vez la tuvo- al congreso para ahí si entrar a trabajarle de lleno al proyectito, mediante la reforma política conocida como ‘silla vacía’, es decir, que las curules de los congresistas culpables –léase bien, mas no sindicados- de para-política no tengan reemplazo como castigo al partido que los acogió. ¡Qué castigo! Y por si acaso esta estrategia falla no creo que el gobierno sea tan capaz de dejar hundir el referendo como el de 2003, donde el principal problema fue la dificultad de los temas y el número de preguntas. En esta ocasión serían sólo dos opciones de respuesta: ‘salvación’ o ‘muerte’, igual, Uribe para cuatro años más. Ay… ojalá y yo esté equivocado.