miércoles, 9 de abril de 2008

NEIVA, EN EMERGENCIA PATRIMONIAL


Por: Lina Polania Barreiro


La cultura no es algo estático, que se crea una vez y permanece igual. La cultura se va haciendo. Sería equivocado considerar como patrimonio cultural sólo los viejos edificios y los objetos que hicieron nuestros abuelos y que hoy están muertos en bodegas y museos; todas estas creaciones materiales son manifestaciones de la creatividad de nuestro pueblo en algún momento de su historia, y esta creatividad sigue expresándose continuamente.
Recorriendo la ciudad podemos observar monumentos, estatuas, bustos, fuentes, que recuerdan hechos históricos o exaltan la memoria de héroes, mandatarios, políticos, poetas, músicos y literatos; Patrimonio Cultural que ha sido descuidado por alcaldes, ignorado por la ciudadanía, a veces destruido por profesionales de diferentes disciplinas que a la hora de abrir avenidas, construir edificios, desmontan o modifican el bien cultural que les estorba, patrimonio que se encuentra en grave deterioro.
Los monumentos son más bien utilizados como plataforma para lanzar campañas políticas y publicitarias; en las estatuas los niños juegan; vándalos destrozan lo que encuentran y se ocultan entre ellos para realizar sus actos delictivos. Pero el situación es aún mayor, cada vez más los ciudadanos somos apáticos con relación a estos temas, se pierde así, el vínculo que debe existir entre la gente y su historia; encarna el valor simbólico de identidades culturales y es la clave para entender a los otros pueblos.
La verdad este es uno de los tantos motivos para hablar de la falta de conocimiento por parte de los ciudadanos acerca de nuestra cultura, ¿quien sabe por qué se creó la obra “Luna Roja” ubicada sobre la plaza de San Pedro en la carrera segunda? o ¿“Los Guaduales” en frente de la Universidad Surcolombiana? ¿Qué significado tienen los monumentos y obras que adornan nuestra ciudad?
Para los que no saben con la Administración Municipal que presidía Héctor Javier Osorio, se desarrolló en la ciudad uno de los proyectos turísticos y culturales más importantes de los que se han ejecutado. Valiéndose del formidable legado cultural de huilensidad del maestro Jorge Villamil, se contrató la elaboración y la instalación de diez esculturas en lugares estratégicos del sector urbano que reflejan simbólicamente algunas de sus más reconocidas composiciones musicales. No lo sabia ¿cierto? Pues este es uno de los grandes problemas que tenemos los ciudadanos de Neiva, no reconocemos ni valoramos lo nuestro. Una de las razones por las cuales se presenta esta situación es la falta de difusión por parte de los entes encargados; no se crean mecanismos pedagógicos que contribuyan a informar y educar acerca de nuestra cultura, en muchas obras no aparecen ni leyendas que informen sobre el significado de estas o por qué se elaboraron.
Por otro lado ¿Que ha pasado con la conservación de estas obras? Desde tiempo atrás se ha venido denunciando el abandono en que el gobierno municipal ha tenido esas esculturas y monumentos, muchas de estas desde que se crearon no han recibido una adecuada restauración y conservación. En la Administración Municipal no ha existido una política de conservación de monumentos ni de los bienes patrimoniales que exaltan el pasado y a sus mejores hijos, argumentan que todavía no se han destinado recursos para esta labor pero que están en ese proceso.
Definitivamente se percibe en Neiva la ignorancia de la historia y el desinterés de los funcionarios municipales frente a la cultura como uno de los ejes fundamentales del turismo.
Nuestro Patrimonio Cultural, herencia hecha con dineros públicos, es un conjunto de obras de arte que transmiten mensajes a los ciudadanos, de patriotismo de personas que dieron su vida por una causa o simplemente son muestra de un conjunto de creencias y leyendas. Pero a lo largo del tiempo se ignora el inmenso potencial de urbanismo, de cohesión, de nacionalidad que tienen, ¡están ahí!, pero la ciudad no se apropia de ellos, tal vez sea por descuido de las autoridades, por ignorancia y desinterés de la ciudadanía, pero lo que si es una realidad es que se están deteriorando, banalizando y para recuperarlo se necesita aprender a conocer, respetar, proteger, conservar, difundir y valorar.
En el patrimonio se fundamenta las características de la nación; gracias a el nos identificamos como huilenses, como opitas. Al mismo tiempo, es fundamental que se reconozcan, quieran y se cuiden nuestras raíces, con los logros culturales alcanzados por nuestro pueblo a lo largo de su historia, ofrecemos una valiosa contribución al enriquecimiento cultural del país. La responsabilidad en esta labor es de cada uno de nosotros, ya que el patrimonio es de todos los ciudadanos.

EL ASEO DE LOS BAÑOS ES UN ASUNTO DE TODOS


Por: Estefanía Ospina Vidal

Es muy frecuente que cada vez que entramos a los baños nos veamos obligados a salir lo más rápido posible de ellos puesto que estos se encuentran sucios y malolientes. Algunos tienen los grifos dañados, las cisternas descompuestas e incluso hay uno al que le falta la puerta, situación que aparte de incómoda resulta preocupante ya que estos son un elemento indispensable para nuestra higiene personal.

Los baños son lavados seis veces por día, dos en la mañana, dos en la tarde y dos en la noche pero es solo cuestión de minutos para que se ensucien y vuelvan a estar igual o peor que antes. Los empleados encargados de la limpieza después de organizar los salones se dirigen a estos y los arreglan cada dos horas, pero cada vez que tienen que realizar su labor, los encuentran en malas condiciones porque los estudiantes no bajan la cisterna, ya sea porque les da pereza o porque sencillamente estas no funcionan.

Además cada vez que llueve o que los alumnos se lavan las manos y botan el agua al piso, esta se va acumulando y con la tierra de los zapatos, hace que el lugar se convierta en un barrial, por lo que se vuelve más dispendioso el trabajo de los aseadores. Situación que se podría evitar con un poco de precaución y planeación.

La universidad contrató a una empresa llamada Surtiaseo que es la responsable de supervisar a las personas encargadas de la limpieza y de otorgarles los implementos necesarios para que desempeñen su trabajo. Los productos de higiene personal no van incluidos dentro del convenio porque así lo estipuló la universidad y las papeleras y cestas de basuras si están contenidas pero en caso de pérdida la compañía no se encargará de su reposición. El contrato no contempla que los artículos que se dañen o que se pierdan deban ser renovados, y no hay una cláusula que determine cada cuanto tiempo hay que realizarles mantenimiento.

Es cierto que muchas veces los baños se deterioran por descuido de los alumnos y por que hay quienes se adueñan de algunos elementos como las cestas de basura y las tapas de la batería sanitaria, pero no podemos negar que la universidad tiene también muchas responsabilidad en el asunto ya que no se preocupa por llevar a cabo una revisión periódica que permita establecer el estado en que se encuentran, y así realizar un inventario de los elementos que no funcionan y destinar los recursos necesarios para su reparación.

El aseo de los baños es un asunto de todos y en especial de nosotros los estudiantes quienes somos los que los utilizamos y nos vemos mas afectados por su mal estado, así que podemos comenzar por poner de nuestra parte para ayudar a conservarlos limpios y ordenados. Lo primero que debemos hacer es dejar de dibujar graffitis ya que la academia cuenta con espacios que nos permite expresarnos sin necesidad de tener que escribir en las paredes. Además es necesario que valoremos y apreciemos los pocos recursos que se nos brindan para que la universidad no tenga que excusarse en nuestro comportamiento a la hora de no brindarles el debido mantenimiento.

Nos estamos formando no solo profesionalmente sino también como personas responsables e integras y eso debemos reflejarlo en nuestro comportamiento. Si queremos un cambio no solo en el aseo de los baños sino en toda la institución tenemos que aprender a tener consciencia, sentido de pertenencia y a cuidar las cosas que son de todos.

NO MÁS INGRID


Por: Cindy Güisa Rojas


Todas las personas racionales coincidimos en que el secuestro de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt es un acto inhumano, infame y repudiable; que su condición de salud no es favorable y que su liberación debe ser una acción humanitaria y no una negociación de puja de poderes. Pero la situación de Ingrid es la de todos los secuestrados en poder de actores armados, no es exclusiva de ella como la hacen ver los medios de comunicación, ni más importante que la de los demás retenidos por ser la que produjo en el gobierno la necesidad de un acuerdo humanitario ante la presión internacional.
Es cierto que Ingrid es la cara de las victimas de este flagelo ante el mundo, pero se le está olvidando al gobierno, a la sociedad y a los medios que no es la única secuestrada, enferma y desolada, que en la selva no está sólo ella, que allí en la espesa vegetación, en manos de la intransigencia convertida en hombres hay más de 3000 personas entre civiles, integrantes de la fuerza pública y políticos.
Ya no son suficientes las diferenciaciones sociales y económicas que existen en el país, ahora los secuestrados también tienen un estatus jerárquico según su nombre, ocupación y reconocimiento nacional e internacional; los retenidos no son tan sólo seres humanos privados de su libertad sino mercancía valorada de acuerdo a los 3 niveles de importancia: 1) políticos o ciudadanos de resonancia internacional, 2) políticos o altos mandos militares reconocidos nacionalmente, y 3) soldados o policías rasos y civiles.
El actual gobierno y la guerrilla a lo largo del conflicto se han enseñado a negociar y ejercer presión, respectivamente, bajo la tensión de nombres de políticos, dejando de lado a los demás plagiados que para ellos son tan sólo números más que engrosan las cifras de secuestrados por grupos armados al margen de la ley en el país. El gobierno centra los esfuerzos en la liberación únicamente de retenidos de renombre político porque son en los que la comunidad internacional está interesada. Por su parte, la guerrilla libera piezas claves como Consuelo Gonzáles de Perdomo, Clara Rojas, Luis Eladio Pérez, Gloria Polanco, Orlando Beltrán Cuéllar y Jorge Eduardo Gechem Turbay por que sabe que es de gran impacto internacional y es consciente que estas acciones contribuyen a mejorar la imagen de terroristas que tiene ante el mundo y que por el contrario deteriora la del gobierno nacional. En cuanto a los medios de comunicación, estos sólo cuentan las historias dramáticas de los retenidos reconocidos y promueven entre la comunidad acciones de rechazo en las que sólo resuenan los nombres de personalidades públicas.
Y frente a esta realidad, qué sucede con los demás secuestrados, con aquellos que no tienen nombre reconocido, que no salen en las primeras páginas de los periódicos, que no aparecen en la agenda mediática y que no protagonizan las listas de canjeables en el marco de un posible acuerdo humanitario; saben que pasa, ¡nada!, y eso es lo peor en un país que no tiene memoria ni se compadece por las víctimas de la guerra.
Por eso, hoy debemos decir no más Ingrid, no más etiquetas a los secuestrados, no más diferenciación entre ellos, no más esfuerzos enfocados a las personas de renombre político e internacional. Todos merecen la libertad por su condición de seres humanos y no por su posición social y política, todos merecen los mismos esfuerzos por su liberación, igual reconocimiento a sus derechos humanos y el mismo repudio público hacia sus verdugos. Los secuestrados son iguales, todos sufren en la selva, a todos les duele el olvido de sus compatriotas y la inoperancia del gobierno, todos tienen familias que padecen por su ausencia y que anhelan tener vida para reencontrarse con sus seres queridos.